En realidad el café no es tan desconocido en
China, habiendo sido introducido por un misionero francés en 1887 en la provincia de Yunnan.
El gobierno chino intentó, aunque sin éxito, desarrollar su producción en esa región en mediados de los años sesenta. La iniciativa fue retomada en 1988, en conjunto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y con la participación de Nestlé.
De esa época proviene el desarrollo del consumo de café instantáneo en el cual han tenido participación principal Nestlé y Maxwell House.
El desafío reciente es el de introducir al consumidor a los cafés de alta calidad. Hay por lo menos tres razones para tener optimismo en relación con este desafío.
La primera, ya mencionada, proviene de la natural disposición del consumidor chino a adoptar hábitos occidentales de consumo cuando estos son presentados de manera adecuada.
La segunda razón es que la cultura del café ya floreció en el Shangai de los años treinta. Es ilustrativo hacer referencia al ejemplo del Japón, otro gran y tradicional consumidor de té que, a partir de un consumo insignificante hasta los años sesenta, se ha convertido en la actualidad en el tercer mayor consumidor de café del mundo (alrededor de 3,5 kilos por persona al año). Corea del Sur es otro ejemplo interesante de un país de reciente interés en el consumo del café y cuyo consumo per capita ya es del orden de los 1,8 kilos por persona al año (datos de la Organización Internacional del Café).
El potencial del mercado chino de café de alta calidad no ha pasado desapercibido por algunos actores importantes en este sector.
Primer ejemplo: Starbucks, la empresa de Seattle, ya ha establecido sus cafés en China, principalmente en las metrópolis de Beijing y Shangai.
El director general de
Starbucks ha catalogado a China como la mayor oportunidad para su compañía y dijo que hasta podría convertirse en su principal mercado. La cadena con base en Seattle ha abierto 187 locales en China desde su llegada a Pekín en septiembre de 1998. El éxito de Starbucks ha provocado la apertura de cafeterías similares en China, con el característico color verde monte y logo redondo. Y por supuesto, ofrecen mucho más que una simple taza de café.
Segundo ejemplo: recientemente, a principios de este año, el Presidente de Café Britt de Costa Rica visitó China por primera vez. El motivo fue la adquisición por parte de un empresario chino de un contenedor de café de esta empresa con el objetivo de introducirlo al público de Beijing. El ejecutivo de Café Britt mostró entusiasmo por el potencial ofrecido por este mercado, hasta ahora desconocido, el que también podría servir para ofrecer otros productos de la empresa, como por ejemplo chocolates. La nota que ofrece este relato y que aparece en la página web de la empresa es también reveladora del poco conocimiento que existe en países de América Central sobre el potencial y las características del mercado chino.
Tercer ejemplo: según noticias de la BBC,el Consejo de Exportadores de Café del Brasil se propone desarrollar una campaña de promoción de su producto en China. La modalidad propuesta es la distribución de muestras gratuitas utilizando las reservas de café del Brasil.
El caso de Nestlé, que desde
1991, monto una fábrica de Nescafé en China: importo durante los dos primeros años de operación, todo el café verde que necesitaba para la producción.
A fin de facilitar el paso a los proveedores locales, Nestlé creó un Servicio de Asistencia Técnica Agrícola para promover el cultivo de café mediante asesoramiento técnico y servicios de facilitación.
En 1992,
Nestlé abrió una fábrica de Nescafé en Dongguan, al sur de la Provincia de Guandong. No había virtualmente ningún cultivo de la variedad Café Arábica. Una parte era cultivada al suroeste de la Provincia Yunnan, pero a una escala muy pequeña.
Los Servicios Agrícolas de Nestlé suministraron asistencia técnica a los agricultores y variedades más adecuadas fueron introducidas, al igual que centros de entrenamiento, granjas de demostración, y semilleros para el abastecimiento de jóvenes plantas de café.
La compañía también estableció una central de ventas para darle a los agricultores la oportunidad de vender sus cosechas. Como consecuencia, Nestlé compró unas 2000 toneladas de granos de café verde a los miles de pequeños caficultores de la Provincia de Yunnan.
La
Política de inversión, en desarrollo rural de Nestlé, tiene una larga historia de planes que ayudan a los agricultores a convertirse en proveedores de mayor calidad y más prósperos.
Esto ha supuesto un impacto positivo a largo plazo en el desarrollo económico y medioambiental y en la calidad de vida, y a veces ha ayudado a regiones enteras a aumentar la productividad agrícola y el rendimiento eco-nómico.
Suelen empezar ayudando a los agricultores mediante programas agrícolas que comparten buenas prácticas medioambientales y de gestión del agua.
Por ejemplo, Doi Tung, la granja experimental y de pruebas de Nestlé, ayuda a cientos de agricultores del norte de Tailandia a cultivar café Arábica.
Estos reciben forma-ción práctica sobre fertilización de café y técnicas de irrigación y cosecha, lo que posibilita el aumento del precio de su café.
Han hecho algo parecido en China, en la provincia de Yunnan, donde Nestlé ha esta-blecido un centro de formación una granja pedagógica,un vivero y un punto de compra.
Tienen un equipo de 675 agró-nomos y aproximadamente 5.000 trabajadores de extensión agrícola y contratistas ofrece actualmente apoyo y formación a 111.800 agricultores en 28 proyectos en 21 países y mantiene un continuo diálogo con comerciantes, gobiernos y ONG colaboradoras.